Colegiata de Sainte-Croix

Soberbio edificio románico del siglo XI, la Colegiata de Sainte-Croix fue escenario de sesiones de exorcismo en el marco del proceso de Urbain Grandier en 1634. Este sacerdote, acusado de brujería por unas monjas, fue el principal protagonista del «asunto de los poseídos de Loudun». A finales del siglo XIX, la iglesia se convirtió en un mercado cubierto hasta 1991. Hoy en día, destaca como uno de los principales monumentos del patrimonio de Loudun, con sus excepcionales decoraciones pintadas de los siglos XII y finales del XIII. Desde su restauración en 1995, ha sido escenario de numerosas exposiciones de arte.
cerrado los lunes y jueves